Por Lotty Andrade[1]

Las obras “Fundamentos y Propósitos de las Naciones Unidas” Tomo I, de 1970 y “Principios de las Naciones Unidas” de 1972 evidencian que el derecho internacional evoluciona y se transforma en función de las necesidades y del desarrollo de la diplomacia multilateral, con el aparecimiento de los organismos internacionales.

Ellas muestran que el multilateralismo genera la revisión de conceptos que se consideraban intocables, como el de soberanía estatal, para convertirse en cooperación internacional y resultan un valioso aporte para los estudiosos de las materias internacionales y del derecho.

Estas sendas publicaciones sobre los fundamentos, propósitos y principios de la Carta de las Naciones abordan detalladamente y con una explicación histórica el preámbulo y los artículos 1 y 2 de la misma, mostrando que el fundamento de la Carta es la cooperación internacional para originar la organización internacional, y que no se puede disociar esto de los propósitos de mantenimiento de la paz y seguridad internacionales, bajo los principios de la igualdad de derechos y libre determinación de los pueblos.

Debido a su singular carácter internacional, y las competencias de su Carta fundacional, las Naciones Unidas puede adoptar decisiones sobre la amplia variedad de problemas que enfrenta la humanidad en el siglo XXI.

Luis Valencia Rodríguez como estudioso internacionalista, académico, diplomático e investigador lúcido del derecho logra exteriorizar que las instituciones jurídicas no son estáticas y que se adaptan y cambian en función de las transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales de las sociedades. Esa enunciación es la que, sin duda, sigue moviendo el proceso de reforma de las organizaciones internacionales en la actualidad, particularmente de las Naciones Unidas.

[1] Embajadora del Servicio Exterior ecuatoriano