El autor permite revivir importantes episodios de la historia diplomática que a veces caen víctimas del paso del tiempo o de la fragilidad de la memoria. Dentro de los temas destacados en el libro se mencionan los aportes valiosos en antecedentes históricos y ofrece detalles sobre la crucial intervención de Jorge Fernández al haber solicitado que la Declaración de Santiago se redactara sobre la base de que la línea limítrofe de la zona jurisdiccional de cada país fuera el paralelo respectivo desde el punto en que la frontera de los países toca o llega al mar. Por otro lado se refiere a la consagración de los principios de la Declaración de Santiago en el nuevo Derecho del Mar que se universalizaban en la III Conferencia de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, suscrita el 10 de diciembre de 1982, casi 30 años después de la Declaración de Santiago. La obra finaliza con un conjunto de anexos que consisten en la colección de diversos documentos relevantes que se mencionan a lo largo de su texto.